Óscar Sánchez
Veracruz, Ver.- Las medidas impuestas para contener el avance de la pandemia Covid-19, modificaron la forma en que miles de personas deciden tomarse un descanso del ajetreo del día a día.
Por ahora aquellos lugares con grandes concentraciones de personas son la última opción para vacacionar y los pequeños refugios en montañas se convirtieron en n bunker contra el virus y a favor del descanso en familia.
Te presentamos opciones que te garantizan no sólo la sana distancia, sino también escenarios naturales espectaculares.
Santa Rosa, conquista con su quietud
Teocelo, Ver.- Un camino de 1.8 kilómetros cubierto con adoquín a tonos rosa y negro conduce a la congregación Santa Rosa, donde el gorjeo de las aves, la estridulación de las chicharras, la arquitectura colonial, la historia y las bebidas tradicionales conjugan un ambiente que denota tranquilidad y conquistan a cualquiera.
Un pequeño tramo de terracería marca la entrada a la localidad del municipio de Teocelo. Los árboles miden más de 50 metros de altura, a los alrededores bambús, cafetales y muy cerca, a unos 300 o 400 metros, un mirador para apreciar la belleza de la cascada de Texolo, donde los turistas creen que pertenece al municipio de Xico, pero en realidad la mayor parte del cuerpo de agua está en territorio teocelano.
Aire limpio, fresco, se respira en la exhacienda Santa Rosa. Entre las viviendas, luce un pequeño espacio recreativo con puentes rústicos y dos palapas construidas con madera y teja, que dan un toque único al lugar.
Un rancho al natural
Córdoba, Ver.- Las montañas, cascadas, bosques y despeñaderos, con sus formas irregulares y abruptas, forman parte de un escenario natural, un reducto de un Veracruz mágico.
La sierra de Ixhuatlán del Café, pasando por Ocotitlán, solo es el preludio de un sitio que enamora a los amantes de la naturaleza y convierten al lugar en un refugio familiar.
A una hora con 45 minutos de Córdoba, sobre terrenos del municipio de Tepatlaxco, Rancho Aurora forma parte de un conjunto de espacios turísticos que en los últimos años se han convertido en una nueva opción para vacacionistas amantes del contacto natural, con nuevas formas de distracción y descanso en medio de tradiciones regionales.
“Aquí podrán encontrar objetos de madera, café, antigüedades”, describe el encargado del lugar, Claudio López Jácome.
El parque Xanath
Papantla, Ver.- Entre tierras de cultivo y reservorios de selva tropical, se erige el parque ecológico Xanath, un espacio en el que además del ecoturismo, se protege el cultivo ancestral de la vainilla, casi en su forma silvestre, a fin de mantener el legado del pueblo totonaca.
A escasos metros de la ciudad de Papantla, antes de la pandemia, era común la visita de turistas extranjeros, quienes atraídos por la vainilla, aprovechaban para realizar actividades de senderismo y conocer más de cerca la gastronomía regional.
Se trata de una vivienda del tipo vernácula, con un amplio corredor y techo de teja. A un costado se encuentra una galera que es utilizada como cocina y comedor. Para hacerla sustentable, el agua es extraída de un pozo y la energía eléctrica que se consume es producida con paneles solares.
El murmullo de cigarras
Xico, Ver. – El sonido del canto de las cigarras crece conforme la tarde invade los frondosos árboles en las faldas del Cofre de Perote, la octava montaña más alta de México.
El chirrido envuelve los amplios jardines y gruesas paredes de una hacienda construida a mediados del siglo XIX en los márgenes del pueblo prehispánico de Xico.
Rodeado de cascadas, arroyos y riachuelos, parte del viejo casco fundado por españoles, renació para convertirse en un remanso de descanso llamado Hacienda San Bartolo.
Entre maravillas naturales, como la cascada de Texolo, las viejas galeras de trabajo, corrales, la primitiva molienda y los almacenes de tabaco y granos ahora forman parte de una zona de descanso que atrae a los amantes de la naturaleza.